Normalmente, la mayor preocupación de una madre es saber que su bebé se encuentra sano y fuera de peligro.
La medicina y la ciencia permiten recopilar información precisa y confiable sobre su bebé antes del parto. Sin embargo, algunas pruebas prenatales, como la amniocentesis, pueden suponer un riesgo para la vida.
Por ello, existe un test prenatal no invasivo (NACE), que permite saber si el bebé nacerá sano a partir de la semana 10, con un simple análisis de sangre y sin ningún riesgo para ambos.